Verlag Assoziation zum Tod von Eleuterio Fernández Huidobro

Freitag, 12. August 2016

Eleuterio Fernández Huidobro - Mitbegründer der uruguayischen Tupamaros gestorben

Liebe Freundinnen und Freunde,
aus Uruguay erreichte uns die traurige Nachricht, dass Eleuterio Fernández Huidobro, el Ñato, tot ist. Der Mitbegründer der uruguayischen Tupamaros, ehemaliger Stadtguerillero, Gefangener der Militärdiktatur, Schriftsteller, streitbarer und umstrittener Politiker und zuletzt Verteidigungsminister des Landes, ist mit 74 Jahren an einer Lungenkrankheit gestorben.
http://www.elpais.com.uy/informacion/recuerdo-eleuterio-fernandez-huidobro.html
Sein Compañero Pepe Mujica, ehemaliger Präsident des Landes, verabschiedete sich von ihm mit bewegenden Worten:
https://www.youtube.com/watch?v=CYutmXqH54Y
http://www.elobservador.com.uy/mujica-y-su-despedida-fernandez-huidobro-me-quedo-un-poco-solo-tu-recuerdo-n951829
In seinen letzten Jahren hatte sich el Ñato von seinen politischen Ursprüngen zum Teil weit entfernt, für uns ein schmerzhafter Dissens, doch er bleibt als historische Figur der lateinamerikanischen Linken und Koautor der Erinnerungen „Wie Efeu an der Mauer“, einem monumentalen Werk der „Knastliteratur“ und überragendem Dokument der Behauptung der Menschlichkeit noch unter den unmenschlichsten Bedingungen unvergesslich.
Wir erinnern an ihn mit einem Gedicht seines Compañeros – und Autors und Freundes des Verlages – Mauricio Rosencof, der an das gemeinsame Ziel erinnert: „die Haut zu riskieren, damit die Unglücklichsten die am meisten Privilegierten seien“.
Mit herzlichen Grüßen
Theo Bruns
MAURICIO ROSENCOF
Ahora que me acuerdo

LOS PACTOS QUE HICIMOS
CON EL ÑATO, BAJO TIERRA

La escalera que nos llevaba a los calabozos subterraneos, arrancaba frente al escusado.
Un escusado turbio, umbroso, donde crecian, contra la pared unos hongos palidos, grandes como pepinos. Tenia una taza y una ventanita sellada.
Una vez al dia nos llevaban al desagote. Cuando nos acuclillabamos para la deposicion nuestra de cada dia, con las manos esposadas hacia delante, nos agarrabamos las bolas.
Las ratas salian por el caño y nos saltaban entre las piernas.
Cuando teniamos visita, nuestro banco, frente a las rejas,lo instalaban alli. Y desde alli conversabamos,medidos, con los viejos, con nuestras niñas.
Una vez subieron de las catacumbas al visitado equivocado. Entonces me encontre, flaquita y timida, del otro lado del enrejado, con Gabrielita, la hija del Ñato.
Habia un custodia muy piola, que una vuelta, nos fue mostrando, corriendo apenas el ventanuco, un rio.
“El rio”,nos dijo.Orgulloso de su rio.

LOS PACTOS DEL MONOAMBIENTE

Un tunel largo arrancaba al pie de la escalera y moria a poco andar en la pared del fondo. Al pie de la escalera estaba el calabozo del Pepe.
Las puertas estaban hechas con literas verticales, con las dos patas de hierro atravesando el muro del sucucho. El interior tenia un metro ochenta de largo, y de ancho, solo podias vivir en sesenta centímetros, porque habia una cucheta bajada que ocupaba el resto. Un techo de chapas, sostenido por vigas de madera, abulonadas.
El catre solo se podia usar de noche, cuando daban la orden. Entonces poniamos el cacho de jabon a cubierto, porque las ratas nos caminaban en busca de comida. Y siempre andaban ahí, correteando los aposentos, el corredor, nuestro lomo.
Pero no solo las ratas. Por ahí rondaban el bajon, la auto boleta, la locura.
Por eso un dia lo conversamos en clave de morse, a golpe de nudillo, y fue una discusión politica, para ver cual era nuestra papel politico en esos dias, años, quienquenios.
Y llegamos a un conclusión, unica, una sola palabra:
“Resistir”.

LOS PLANES DEL ÑATO
El aire no entraba por ningun lado. No habia ventana, ni ventanuco, ni agujero de ventilación. El aire bajaba por las escaleras.
Un dia el Ñato nos comunica que desde la cucheta llega bien a las patas de hierro empotradas de la tarima, y parado desde alli llega a tocar los bulones y las chapas del techo.
La vision del rio se nos habia fijado, si saliamos por ahí a la buena de dios, lo demas era una zambullida.
La guardia no bancaba el foso porque era irrespirable. Y se monto el operativo para cuando en una guardia calma, el soldado subiera. Quedaba el Pepe alerta al pie de la escalera, para trancar alguardia si bajaba, con un pedido, una bronca, lo que fuera, y uno ahí, haciendo bulla.
El Ñato llego hasta los bulones. Nos cuenta luego que ya habian sido aflojado, fija que por la tanda de rehenes que nos antecedio en estos calabozos. “Pero”, agrego, “las chapas no las levanta ni Cristo”.
Estabamos en un batallon de ingenieros. Con el tiempo supimos que sobre las chapas habian depositado los tramos de hierro del puente bailey, que arman para cruzar rios.
Y lo que son las cosas. Esos hierros fueron la base del estrado frente al obelisco, desde donde dio misa JuanPablo ll.

EL PACTO DEL TESTIMONIO
En murmullos perdidos en las pocas visitas, nos fuimos enterando que el Nepo tenia un cancer enla cabeza yque no lo atendian. Que un par de compañeros se habian empantanado en la confusion.
Entonces nos juramentamos a golpe de nudillo: que si alguno de nosotros salia con vida y en condiciones, iba a dar testimonio de los dias vividos. Es un decir.
Nos toco volver a la vereda soleada. Y a poco de salir, en un galponcito a los fondo de la Casita de mis viejos, dejamos con el Ñato ese cachito de historia que titulamos “Memorias del calabozo”.
Bajo tierra entonces, bajo tierra hoy, Ñato, seguimos pactando con la vieja barra, para que un dia los mas infelices sean losmas privilegiados.

Chau, Ñato.
Nos estamos viendo.