La grabación fue hecha desde la cámara de un helicóptero estadounidense en Afganistán, mientras asaltaba supuestamente un campamento talibán. Con espectacular precisión y sangre fría, miembros del ejérctio estadounidense matan a los afganos, que evidentemente no tienen armas y por supuesto no disparan contra el helicóptero. Las personas huyen despavoridas ante el cerrado bombardeo norteamericano. Todas fueron asesinadas.